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¿Cómo combatir la flacidez?

La flacidez y el paso del tiempo

Con el tiempo, todas las personas notamos que nuestro cuerpo experimenta cambios. Es un proceso natural, contra el que nada podemos hacer, pero sí que podemos mitigarlo. Con el paso de los años, la flacidez se va apoderando de nuestra piel, y de todo nuestro cuerpo.

 

A medida que pasan los años, vamos notando pequeños cambios en todas nuestras estructuras, y a todos los niveles; y por supuesto, nuestra piel no iba a ser menos. A nivel interno, nuestra piel va perdiendo tersura, se vuelve más pila, quebradiza y sobre todo menos elástica, y también menos tersa.

 

 

¿Por qué aparece la flacidez?

La flacidez aparece por los cambios estructurales de la edad. La piel pierde hidratación, y se vuelve mucho más delgada. Las fibras de colágeno y elastina, se vuelven cada vez más largas y débiles, y cada vez hay menos. Su regeneración es cada vez menos activa; dando lugar a una piel menos tersa y joven.

 

Si a todos estos cambios estructurales de la piel, añadimos los cambios morfológicos de nuestro rostro; como es la migración y redistribución de la grasa facial, ya tenemos el motivo de la flacidez facial, y también del envejecimiento del paciente.

 

La grasa facial, a diferencia de la grasa corporal, nos da ese toque de juventud y lozanía, ya que los puntos clave de su localización son los pómulos (hay que tener en cuenta que los pómulos son los pilares arquitectónicos fundamentales de nuestro rostro), la sien y toda el área peribucal (alrededor de la boca).

 

Con el paso de los años, la grasa que está perfectamente definida, y distribuida en puntos clave para dar la proyección necesaria a nuestra cara, empieza a migrar hacia otras zonas, y a adelgazarse. Debido a esto las facciones de nuestro rostro se ven altamente alteradas e influenciadas por estos cambios; de modo que nuestro aspecto externo se modifica sustancialmente.

 

Si tenemos en cuenta el adelgazamiento de la piel, su pérdida de hidratación, así como la redistribución de toda la grasa facial, vamos a entender el porqué del proceso fisiológico del envejecimiento facial.

 

 

¿Cómo podemos combatir la flacidez?

No existe nada que pueda frenar estos cambios naturales de forma drástica, ya que sería ir contra natura; pero sí existen tratamientos de medicina estética eficaces que nos ayudan a paliar el envejecimiento cutáneo.

 

Para ello debemos de tratar los diferentes aspectos del envejecimiento. Piel tersa y radiante. Una piel tersa y radiante se consigue con un cuidado extremo y ante todo continuo de la piel. A parte de los cuidados en domicilio que podamos hacer es importantísimo ir introduciendo tratamientos de medicina estética en nuestra rutina de cuidados ya que no deja de ser un plus a la batería de esfuerzos contra el envejecimiento.

 

 

Mesoterapia facial como tratamiento para la flacidez

La medicina estética se está popularizando más y más entre la sociedad, y está de dejando de ser vista como algo banal o superficial. Por suerte, dedicar tiempo a cuidarnos, ha dejado de ser algo frívolo e inalcanzable; para convertirse en un cuidado más; como el hecho de ponerse una crema hidratante o hacerse un peeling casero. Para tener una piel bonita y joven es necesario introducir en nuestros hábitos de cuidado la mesoterapia facial.

 

 

Tratamientos para la flacidez

La mesoterapia facial es un tratamiento de medicina estética que se basa en la infiltración de diferentes sustancias, suele ser ácido hialurónico, vitaminas y oligoelementos para revitalizar y nutrir la piel. Para restablecer la grasa facial, otro punto fundamental, es devolver el volumen que ocupaba esa grasa facial inicial, y que nos hacía de puntos de anclaje o sujeción en el rostro.

 

Para ello, nos podemos dotar de rellenos de ácido hialurónico, o bien de la grasa del propio paciente; lipofilling. Con estos tratamientos vamos a volver a tener los volúmenes iniciales tan codiciados de la juventud.

 

Si tras haber realizado todos estos pasos vemos que aún no ha sido suficiente, y comprobamos que el óvalo facial está desdibujado, o simplemente no notamos que los pasos previos hayan sido suficientes; recurriremos a tratamientos más invasivos, como sería el ácido poliláctico en sus diferentes presentaciones.

 

El ácido poliláctico, presentado en forma de Sculptra, nos ayuda a dar volumen; pero sobre todo a tensar la piel, aportando elasticidad a la zona de pómulos y óvalo facial.

 

Por otro lado, los hilos tensores a base de ácido poliláctico, o Silhouette Soft, nos ayudarán a traccionar la piel, debido a sus conos, y reposicionarla en el lugar adecuado cuando la flacidez es algo más moderada sustituyendo, en algunos casos, a tratamiento más invasivos como sería una cirugía de lífting facial.

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