Los hilos tensores nos ayudan a mejorar los signos de la edad, devolviéndole un aspecto más natural y rejuvenecido a nuestro rostro. Los hilos tensores tienen la capacidad de traccionar la piel de la zona tratada, ofreciendo un efecto lifting inmediato. Además, una de las grandes ventajas es que pueden ser aplicados en diversas zonas de la cara y el cuello.

Están fabricados con un material biocompatible, ácido poliláctico, lo que nos permite aplicarlo en aquellas zonas en las que más se nota el paso del tiempo. Sus efectos se comienzan a notar de forma inmediata porque la piel los reabsorbe con rapidez y sus beneficios suelen ser prolongados. El ácido poliláctico tiene la capacidad de inducir colágeno y, como consecuencia, combatir la flacidez dándole mayor elasticidad y densidad a la piel de la zona donde se implantan.

Algunos de los resultados que podremos notar rápidamente son una mayor elevación de la mejillas y cejas, disminución de las arrugas del contorno de los ojos, mayor reafirmación del cuello, reducción de la flacidez en el área de la papada y mejora de las arrugas peribucales, entre otros.

Mediante este tratamiento facial implantamos los hilos tensores en la cara para, de esta forma, traccionar la piel y reposicionarla junto con los tejidos más próximos. Se trata de una implantación subcutánea y su resultado es inmediato. Insertamos los hilos con una aguja para guiarnos a través del tejido subdérmico y, como éstos contienen unos conos en 3D, conseguiremos que queden anclados en el tejido celular subcutáneo.

Esta técnica de medicina estética es mínimamente invasiva y se realiza en una única sesión. Su duración es de aproximadamente una hora y se realiza en la clínica, administrándose unos puntos estratégicos de anestesia local haciendo así que el tratamiento sea prácticamente indoloro.

Las personas más indicadas para este tratamiento son las de edad comprendida entre los 30 y los 60 años. Esto se debe, especialmente, a que los signos del envejecimiento no son tan acusados como para necesitar una intervención que sea mucho más invasiva.

La recuperación tras someterse a un tratamiento de medicina estética con hilos tensores es muy rápida. Además, al ser un tratamiento muy poco invasivo, es prácticamente indoloro y el paciente puede reincorporarse a su actividad diaria de forma rápida, aunque se aconseja un reposo de un máximo de 24 horas.